domingo, 27 de enero de 2008

Verdad como correspondencia

Sólo se puede defender una idea de verdad como correspondencia desde una perspectiva de realismo internista.

Se puede defender una idea de verdad como correspondencia del siguiente modo:

1. La verdad es una propiedad de enunciados de un lenguaje simbólico.
2. La verdad se refiere a la correspondencia de los enunciados con las condiciones de verdad que desde un determinado sistema epistemológico se establecen para las distintas categorías de enunciados de un lenguaje simbólico.
3. La verdad confiere un status moral especial a los enunciados verdaderos, pero no uno epistemológico.
4. La experiencia condiciona el sistema epistemológico.
5. La verdad es pues indirecta con respecto a la experiencia. Se relaciona con ella a través del sistema epistemológico.
6. Un sistema epistemológico completo no necesariamente establece condiciones de verdad para todas las categorías de enunciados.
7. Un sistema epistemológico completo puede establecer condiciones de verdad para distintos tipos de categorías de enunciados que sean contradictorias entre si en relación al sistema.

Estos siete puntos pretenden ser una aproximación a una explicación no metafísica de la verdad que empleamos.

miércoles, 23 de enero de 2008

El actual rey de Francia es calvo

A veces los experimentos mentales le dejan a uno el regustillo amargo de una falta de empirismo. Así que me decidí a hacer un pequeño experimento no únicamente mental para ver si el resultado se correspondía con el postulado por el experimento mental.

Se da por supuesto que si a un hablante competente de un lenguaje como el castellano le dices "El actual rey de Francia es calvo" te responderá algo así como "¿pero qué dices?, si no hay rey en Francia", o algo equivalente. Se da por supuesto también y esto es más importante, que no te responderá nunca algo así como "eso es falso" o "te equivocas", respuestas que se reservan para aplicar a enunciados que en terminología fregeana tengan un sujeto gramatical no vacuo, es decir, con referente en la realidad extraligüística, enunciados como por ejemplo "mi hermano David tiene 20 años" dicho por alguien que como yo, tiene un hermano llamado David y que tiene 5 años. Se supone que si alguien que conociera esa información me escuchara decir con pretensión de verdad un enunciado como ese, su respuesta sería "eso no es verdad" o algún enunciado equivalente.

Pues como decía, parece razonable para un hablante competente del castellano aceptar estas hipótesis como válidas sin necesidad de datos empíricos.

Yo no obstante hice mi pequeño experimento pidiéndole a alguien ajeno a mis clases de filosofía del lenguaje que asumiera que yo le decía seriamente "El actual rey de francia es calvo" y que me contestara. Todo ello por supuesto sin explicarle a cuento de qué venía esta petición, pues esa información podría haber interferido en su respuesta.

Su contestación literal fue "no es rey porque es presidente". Al menos me parece que no es una respuesta del tipo "lo que dices es falso", sino más bien del tipo "debes haber confundido algo".

Por supuesto, con un solo caso no hay potencia estadística para afirmar nada en relación al asunto. Pero en este texto no estoy intentando ser científico. Y si hay un caso, hay algo que explicar.

sábado, 19 de enero de 2008

Distinciones evidentes

Leo en el libro 10 palabras clave en bioética, de Javier Gafo, Editorial Verbo Divino (Navarra 2004), en las páginas 18 y 19 las siguientes palabras:

"Un año más tarde, el 3 de diciembre de 1967, el Dr. Christian Barnard realizaba en el hospital Groote Schur de Ciudad del Cabo el primer transplante cardíaco [...] El transplante de corazón no solo suscitó la degradación a mero músculo cardíaco de un órgano al que se le había dado gran importancia cultural, sino que suscitaba serios interrogantes éticos a cerca del consentimiento del donante y, sobre todo, a cerca de la determinación de su muerte. Precisamente la Harvard Medical School [...], marcaba poco después unas directrices que iban a tener una gran relevancia en los años posteriores. La comisión que propuso esas directrices contaba con la presencia de un teólogo: ya se percibió, por tanto que se estaba ante una problemática que desbordaba a los propios especialistas médicos."

Decir de la presencia de un teólogo en cualquier comisión de cualquier tema que está debida a que el tema desborda a los especialistas en otro tema es una asociación infundada.

Si los especialistas de un tema X no pueden abarcar otro tema Y, es razonable que si se establece una comisión para el tema Y, se llame a especialistas de temas que no sean X y que sean complementarios al tema X para poder abarcar el tema Y.

Decir que si hay un tema Y que no puede ser abarcado por los especialistas del tema X, entonces ello implica que hay que acudir a especialistas de temas no-X, no implica que haya que recurrir a especialistas del tema Z.

Me explico. Si hay un dilema ético en torno al transplante cardíaco que no puede ser abarcado por los especialistas médicos, entonces si se establece una comisión para el estudio o lo que sea de ese dilema, habrá que recurrir a especialistas de otros temas, por ejemplo éticos, filosóficos, jurídicos, políticos, de otras disciplinas científicas, o lo que sea, incluso si se quiere, de temas religiosos. A cualquiera de ellos, a varios o a todos, pero no a alguno en concreto.

Estar desbordado implica acudir a cualquier otro. Pero acudir a cualquier otro no implica acudir a uno concreto.

Por tanto, decir que estar desbordado implica acudir a un teólogo, es una asociación infundada. Si se recurrió a un teólogo fue por alguna razón distinta a la de estar desbordado.

Por otro lado, decir que la demostración empírica de la posibilidad médica de transplantar un corazón de un ser humano a otro degrada a mero músculo cardíaco a un órgano con gran importancia cultural es también una asociación infundada.

Cuando no se sabía si el corazón podía transplantarse o no, se le dio gran valor cultural a ese órgano. Pero si se le dio incluso sin poder descartar la posibilidad de que si se pudiera transplantar, eso quiere decir que el valor cultural del órgano es independiente de esa posibilidad.

viernes, 18 de enero de 2008

Lógica-mente

No todo en esta vida tiene por qué ser lógico y racional.
Por ejemplo, puede ser que yo vaya por la acera caminando y me cambie de acera al ver que en mi camino hay un grupo de personas cuya apariencia no me infunde confianza o más bien al contrario, me provoquen intranquilidad.
Puede ser que al haber tomado cierta distancia de ese grupo de personas y hacerme consciente del comportamiento que he llevado a cabo me pregunte a mi mismo por qué me he cambiado de acera.
Posiblemente me dijera que "bueno, desde mi punto de vista no tenían muy buena pinta esas personas, pero por un lado, yo soy un chico valiente que no se arredra ante nadie y por otro lado, creo que vivimos en una sociedad civilizada en la que tan solo por el aspecto exterior no se puede juzgar a nadie en cuanto a si es buena o mala persona o si es peligrosa o no". Podría concluir por tanto que mi comportamiento ha sido irracional e ilógico. Tan solo un reflejo instintivo o el producto de una emoción injustificada.

Bien. Si es así, parece que habremos de concluir también que no es racional cambiarse de acera si alguien con quien te cruzarás te produce inquietud y que no es lógico que una causa como la del malestar y consiguiente estado de alerta que provoca a un ser vivo la aparición de otro ser cuyo aspecto provoca esa reacción, le mueva a alejarse.

jueves, 17 de enero de 2008

Presentación

"Nada hay en la naturaleza tan despreciable e insignificante que, con un mínimo soplo de aquel poder del conocimiento, no se hinche inmediatamente como un odre; y del mismo modo que cualquier mozo de cuadra quiere tener sus admiradores, el más orgulloso de los hombres, el filósofo, quiere que desde todas partes, los ojos del universo tengan telescópicamente puesta su mirada sobre sus acciones y pensamientos."

P.D.: Que este texto citado sirva de presentación para sentar las bases de lo que este sitio va a ser.