sábado, 9 de febrero de 2008

Libertad y epifenomenalismo mental



Los filósofos han dicho que pre-teóricamente, tenemos intuición de que para la acción libre hacen falta tres condiciones que el sujeto y la acción deben cumplir:

  1. la acción tiene que proceder del sujeto y este ha de ser su genuino origen y control último, es decir, que no puede estar producida por coacción, amenaza, o fuerza externa alguna, sino tan solo por obra del sujeto.
  2. la acción ha de haber sido controlada racionalmente por el sujeto, es decir, que tiene que haber sido realizada consciente, voluntaria y deliberadamente por este, no arbitraria o caprichosamente.
  3. el sujeto ha de haber tenido posibilidades alternativas de acción

Por otro lado, en filosofía de la mente, se suele utilizar el apelativo de epifenomenalismo de lo mental para caracterizar aquellas teorías de la mente que proponen que la mente no tiene poder ni relevancia causal en el acontecer del mundo y de nuestras acciones. Es decir, que todos los términos relativos a lo mental son meras explicaciones psicológicas del acontecer físico, algo que usamos "para entendernos".

El epifenomenalismo de lo mental, de ser cierto, excluiría la posibilidad de que el sujeto sea origen de sus acciones, pues estas tendrían siempre causas no mentales, y nadie puede ser origen de sus propiedades no mentales si no puede influir mentalmente sobre ellas:

  • Consideremos el ejemplo de una acción realizada por causas no mentales como pueda ser retirar la mano del asa de una olla que está ardiendo.
  • Esta acción, en futuras ocasiones podría realizarse retardando el momento de retirada de la mano cada vez más, hasta que la retirada de la mano se produjera sólo en el momento en el que el sujeto decidiera retirarla, incluso cuando el agarre del asa se produjera sin saber  que esta está caliente.
  • No obstante, si no podemos decir que la decisión del sujeto produjo causalmente su control del reflejo ante el dolor de la quemadura, entonces, tenemos que decir que este se ha producido por causas no mentales, y que por tanto, la mente del sujeto no interviene en su comportamiento.
  • Del mismo modo en que no diríamos que el sujeto es origen de la acción primitiva de retirar la mano, sino que esto es un acto reflejo, tampoco podemos decir si excluimos la causalidad mental, que el retardo en la retirada de la mano sea algo que el sujeto produce, pues no ha sido fruto de su decisión.

A no ser que para que el sujeto sea origen de su acción, nos baste con que esta salga de sus movimientos corporales, excluir la causalidad mental es excluir la posibilidad de un sujeto origen de sus acciones.

Y si para que la acción sea libre, ha de estar originada por el sujeto, entonces el epifenomenalismo de lo mental excluye también la acción libre.

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