martes, 8 de abril de 2008

Enfermedad

La filosofía es una enfermedad mental que contraen todos los seres humanos alguna vez en la vida, y que como el sarampión, generalmente se contrae de niño y se supera de niño.

Esta enfermedad se caracteriza porque el sujeto que la contrae se realiza a si mismo o a los demás preguntas que nadie es capaz de responder.

En algunos casos la enfermedad produce en el sujeto la obsesión por convencer a los demás de que él sabe mejor que nadie cómo son las cosas y lo que hay que pensar de ellas. Algunos de estos sujetos han escrito libros que han pasado a la historia del pensamiento humano.

En otros casos el sistema nervioso del sujeto es capaz de rechazar a la infección con lo que el sujeto pasa a formar parte corriente de la sociedad en la que vive.

En unos últimos casos, el sistema nervioso del sujeto y la enfermedad luchan durante toda la vida de este sin que ni una ni otro logren hacerse con el control. En estos casos el sujeto tiende a concebir la filosofía como una enfermedad y utilizándola, idea formas de terapia para curarse a si mismo y a los demás afectados.

En todos los casos cabe dudar del éxito de dichos sujetos en sus propósitos.

4 comentarios:

- SiL - dijo...

Si la filosofía es una enfermedad mental, no quiero curarme nunca, aunque no dudo que intentarlo debe ser una labor interesante y podemos jugar a los médicos cuando quieras, es una de las pocas enfermedades que me alegro de haber contraído, es mucho mejor que tener, por ejemplo, un triste y corriente constipado, si hacemos algo, ya sabes, lo hacemos bien, como la muerte tremendamente trágica o tremendamente absurda que queremos tener.

Y si realmente es una enfermedad que contraemos de niños y superamos en esa misma época, es una putada, porque al crecer muy probablemente ni la recordemos. Del mismo modo me parece una pena lo del sistema nervioso inmune, claro que así se hace fácilmente identificable un afectado: Cuando el niño preguntan cosas como porqué las nubes son blancas, nosotros pensamos en la posibilidad de ser o no cerebros en cubetas, que para el caso es lo mismo.

Soy una enferma, y qué?

“Nací ciego pero Sofía me besó y me dio ojos para ver el mundo. Desde entonces quedé prendado para siempre de sus encantos y me levanto cada día gritando para mí: ¡¡AMO A SOFÍA!!”

=*

Momo dijo...

Iba a escribir que el concepto de “enfermedad” surge con la racionalidad en sentido moderno. Que si tratamos de definir el término comprendemos que sus límites son manipulables. Que el criterio con el que lo aplicamos, en última instancia, obedece a relaciones de poder subyacentes al sistema de cosas presente. Que puede ser entendido como un mecanismo más de control social. Que cuando decimos que alguien “tiene una enfermedad mental”, lo que hacemos en el fondo es trazar un perfil de “racionalidad dominante” dentro del cual no tiene cabida. Que los llamados “desórdenes” mentales pueden ser “órdenes” que somos incapaces de comprender por un déficit de perspectiva…

Iba a escribir todo esto…pero sería poco original para quien lee, y poco honesto para quien escribe estas líneas. Porque yo conocí a una niña que iba a la escuela para que le “curaran” las preguntas…pero resultó que todas las respuestas, escondían un nuevo interrogante. A veces tenía tantas cosas en las que pensar, que se le olvidaba dormir por las noches. Por eso andaba siempre como medio en sueños.
Hace tiempo que perdimos el contacto…quizá ya haya comprendido la naturaleza de su enfermedad… y haya aprendido a habitar el camino. Porque hay enfermos de filosofía que tienen la suerte de dejar de “sufrir” esta patología para “profesarla”, que la convierten en su forma de vida…
…o al menos eso me dijo esta chica la última vez que la vi… :)

Sea como fuere, un besete a los enfermos aquí presentes (a una distancia prudencial, con el fin de evitar un posible contagio)

Adolfo González dijo...

Poder filosofar es cosa alegre: no merece la pena.

Saludos, tocayo.

Anónimo dijo...

Filosofar no es tan alegre como parece y de serlo no entiendo porque dejaría de merecer la pena.

Filosofar es un modo de vida. Como ser poeta más o menos.

Saludos desde un comedor ajeno.

-SiL-